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Cuando empece los artículos de la serie la Apicultura de Pasión a Profesión me propuse tocar cinco temas esenciales: la crianza y la selección de las abejas reinas, la alimentación de la abeja, las enfermedades de las abejas, técnicas de trabajo en el colmenar y estrategias de gestión de las familias, el último tema siendo la gestión económica de la granja apícola.
La razón por la que escogí un tal enfoque es el deseo de tratar de ofrecer todo el apoyo que podemos a nuestros compañeros apicultores que quieran dar el paso hacia el profesionalismo. Tal como ya lo había dicho antes, practicar la apicultura de manera profesional en Rumania no es fácil por muchas razones. Muchas de ellas están relacionadas con los recursos económicos limitados. Sin embargo, les garantizo que el obstáculo más importante en el aumento del nivel de la apicultura es la falta de información de cualidad y por lo tanto la imposibilidad de implementar un sistema de trabajo que asegure el desarrollo. Solamente consiguiendo resultados económicos buenos en cada etapa se puede pasar al próximo nivel.
La información de cualidad es muy a menudo sustituida por mitos y recomendaciones sin algún fundamento científico o práctico. Por lo tanto, se crea una confusión difícil de gestionar por un apicultor hallado al principio.
Los capítulos sobre la alimentación y los tratamientos no cabe duda de que son los que más tienen informaciones contradictorias. Tal vez esto se debe al hecho de que en su estudio no se han invertido muchos recursos como en el caso de la genética de la abeja. Por eso, hubieron varias opiniones relacionadas con soluciones de alimentación suplementaria y tratamientos que muchas veces han perjudiciado a la abeja.
A continuación de la serie la Apicultura de Pasión a Profesión les voy a presentar un resumen de las informaciones sobre la alimentación y los tratamientos a los que hemos tenido acceso a lo largo del tiempo y que han sido fundamentadas científicamente y prácticamente. También, podrá ver que muchos suplementos y tratamientos considerados menos dañosos simplemente por ser naturales pueden dañar mucho a las abejas.
Los nutrientes que la abeja necesita para un crecimiento y un desarrollo normal son: proteínas (aminoácidos), hidratos de carbono (azúcar), minerales, lípidos (grasas), vitaminas y agua.
Para satisfacer estas necesidades nutricionales, la abeja recolecta tres sustancias: agua, néctar y polen. Cuando la cualidad o la cantidad de una de las tres sustancias no coincide con las necesidades de la colonia, se pueden producir desequilibrios como son la disminución masiva de la población, la disminución de la longevidad de la abeja, la susceptibilidad a las enfermedades e incluso la muerte de la familia.
Para que el apicultor pueda intervenir para ayudar a la familia y evitar de esta manera el tal efecto de estrés nutricional, debería ser capaz de evaluar el estado nutricional de la familia y conocer el papel de cada una de las tres sustancias de la alimentación de la abeja, como también las mejores variantes que puedan ser utilizadas para sustituirlas o completarlas. Aquí tengo que hacer una mención importante: conforme a Randy Oliver, los efectos del estrés nutricional-que aparecen cuando una de las tres sustancias falta o es de baja cualidad-al que la familia es sometida se pueden notar a penas dos meses después de que el evento haya ocurrido. Por lo tanto, el papel del apicultor se vuelve aún más importante si se desea mantener una familia fuerte y preparada para las cosechas. Cuando hay una gran escasez de polen o néctar es extremadamente difícil mejorar la situación. Una vez más, no me refiero a la supervivencia de la colonia, sino a conseguir los resultados máximos en las cosechas.
Hoy les propongo que veamos las informaciones importantes y seguras en cuanto la alimentación energética de la abeja. El néctar es la fuente principal de energía y representa los hidratos de carbono. El néctar consiste principalmente en sacarosa con un contenido de humedad que varía, pero también contiene enzimas y minerales. Estas enzimas que están presentes en el néctar junto a las añadidas por las abejas durante su procesamiento llevan a la descomposición de la sacarosa en glucosa y fructosa. La humedad también se reduce a un porcentaje que puede variar de 12% a 21% dependiendo de la fuente de néctar y de los factores ambientales. La miel con humedad de más de 21% fermenta y es extremadamente dañosa para las abejas. La proporción de glucosa y fructosa varía dependiendo de la fuente del néctar. No hay pruebas científicas en este momento que muestren qué impacto tienen los diferentes valores de esta proporción sobre las abejas. Yo creo que esta es la razón por la que la mejor opción de alimentación suplementaria de las abejas sigue siendo la sacarosa, es decir el azúcar. Cuando no sabe algo seguramente, es mejor que no riesgue administrar sustituyentes que puedan dañar a la abeja. Me refiero obviamente a la situación en la que no se puede administrar miel que no ha sido antes operculada. La miel de alta humedad puede dañar más a la abeja que el jarabe de azúcar. Un estudio comparativo realizado por Roy J. Barker y Yolanda Lehner en el laboratorio de investigación apícola de U.S. Departament of Agriculture de Tucson, Arizona muestra que la alimentación de las abejas obreras con jarabe de miel o jarabe de fructosa de maíz no mostró alguna ventaja en comparación con la alimentación con jarabe de azúcar. Las abejas alimentadas con jarabe de azúcar sobrevivieron más. Aquí es cómo se hizo el estudio y cuáles fueron los resultados:
Las abejas sacudidas de los panales con cría han sido cerradas en doce jaulas pequeñas con las dimensiones 24x24x8 cm. Cada jaula ha contenido 1200 abejas y un soporte sobre el que se han colocado dos varillas de madera con una longitud de 25 cm, en el medio de las que se han pegado piezas de 2×2 cm de panales de cera. Prácticamente, las varillas de madera cumplían el papel del listón superior del cuadro y se han hecho mayores que la jaula para no caer en su interior y la pieza de cera estampada para ayudar a la construcción de los cuadros. Después, ha sido introducida una abeja reina en la jaula en un cuadro cerca de los panales de cera. 48 horas después, las abejas se han colocado sobre los cuadros y han empezado a construirlos. En aquel momento, las abejas junto a los dos cuadros y la abeja reina han sido trasladadas en jaulas mayores con el tamaño de 56x56x43 cm. La temperatura del cuarto donde estaban las jaulas ha sido mantenida a 28 grados con una variación máxima de un grado y humedad 20%. Para evitar que las abejas se agrupen en la parte superior de las jaulas, cuando se encendían la luces del techo para los controles hechos durante el estudio, se han utilizado papeles de aluminio montados en un estante hallado por debajo.
Desde el momento en el que aparecieron las primeras abejas muertas, éstas se han apartado y se han contado diariamente por 60 días. Cada vez, se ha verificado la existencia de los esporas de Nosema en estas abejas muertas.
Para la alimentación de las abejas se han utilizado las siguientes sustancias:
- Jarabe de maíz con un alto contenido de fructosa
- Jarabe de uvas
- Jarabe de azúcar
- Miel (sin filtrar, polifloral, conseguida de la flora específica de Tucson, Arizona, con menos de 1 año de edad).
Ha sido añadido agua para que todas las soluciones tengan una humedad de 50% (medida con un refractómetro). Cada tres jaulas con abejas han sido alimentadas con uno de los cuatro tipos de jarabe. Los jarabes han sido administrados de cubos con tapas perforadas. También se ha asegurado agua por separado, pero muy poco de ella ha sido consumida. Los cubos con jarabe han sido cambiados diariamente y el consumo ha sido medido pesando cada cubo antes de montarlo sobre los cuadros y después al levantarlo.
Se ha mantenido un registro de los siguientes datos: el número de abejas muertas cada día, la cantidad de jarabe consumido cada día, la cantidad de cera producida, la cantidad de jarabe almacenado en los panales, el número de celdas construidas, el número de celdas con miel operculada y el tamaño de las celdas. En el estudio se han especificado también los métodos científicos utilizados para medir todos estos indicadores, informaciones puramente técnicas. Para los interesados, los detalles del estudio están aquí.
A continuación, se pueden ver los resultados del estudio:
Datos medidos | Sacarosa (azúcar) | Miel | Jarabe de maíz | Jarabe de uvas |
---|---|---|---|---|
Duración de vida (días) | 56.3 ± 8.1 | 31.3 ± 2.5 | 37.7 ± 2.1 | 13.3 ± 1.2 |
Mg consumidos cada día | 59.0 ± 6.9 | 66.3 ± 13.7 | 60.1 ± 3.2 | 31.8 ± 8.1 |
Mg miel producida cada día | 10.4 ± 1.4 | 13.4 ± 5.8 | 10.3 ± 1.2 | 0.6 ± 0.7 |
Mg cera producida cada día | 0.73 ± 0.10 | 0.73 ± 0.15 | 0.69 ± 0.05 | 0.23 ± 0.08 |
Proporción miel producida/consumo de jarabe | 0.177 ± 0.017 | 0.195 ± 0.045 | 0.171 ± 0.013 | 0.016 ± 0.016 |
Proporción cera producida/consumo de jarabe | 0.012 ± 0.006 | 0.011 ± 0 | 0.011 ± 0.007 | 0.08 ± 0.007 |
En todas las jaulas alimentadas con jarabe de uvas, las abejas han hecho disentería poco después de empezar la administración. Las revisiones para esporas de Nosema han sido negativas excepto unas abejas alimentadas con miel. Pero han habido menos de 15 esporas/abeja, es decir que la enfermedad no ha sido un problema. Esto demuestra una vez más que la disentería no es lo mismo con la nosemosis y que las abejas que no tienen diarrea pueden tener esporas de Nosema y viceversa, las abejas que tienen diarrea pueden no tener esporas de Nosema.
La vida más larga ha sido en las abejas alimentadas con jarabe de azúcar y las diferencias han sido significativas. La supervivencia en el caso de la administración de jarabe de uvas ha sido la más pequeña y la diferencia de la longevidad en las abejas alimentadas con miel o jarabe de maíz han sido pequeñas. Los otros detalles se pueden notar en el cuadro anterior.
Este estudio muestra claramente que la mejor solución de alimentación de la abeja sigue siendo la sacarosa, es decir el jarabe de azúcar. Su sistema digestivo está adaptado a digerar esta sustancia y por lo tanto la administración de la sacarosa seguramente es la mejor opción.
La teoría de que la administración de jarabe de azúcar invertido ayuda a aumentar la longevidad de la abeja es, por lo tanto, falsa y no es apoyada por estudios o argumentos científicos. Es más, en muchos casos en los que se utiliza la inversión térmica resultan en el producto final azúcares tóxicos para las abejas.
También se demuestra una vez más que la administración de minerales en dosis más altas de las que se debe, acorta la vida de la abeja. La miel tiene altas cantidades de minerales y administrarla en las alimentaciones suplementarias no trae beneficios. Este fenómeno se hace más evidente en el ejemplo de la administración del jarabe de uvas. Es más, conforme a unos estudios realizados en Alemania (Horn, H., 1985: The causes of paralysis in honeybees during a honeydew flow), los altos niveles de potasio y fósforo han sido asociados con la aparición de la parálisis en las abejas adultas. Así que tenga cuidado cuando agrega vitaminas y minerales en la alimentación de las abejas porque pueden hacer más daño que bien. Voy a hablar sobre esto en los próximos artículos. Aquí están los valores medios de minerales contenidos por la miel (Petrov 1970):
Minerales | Miel de color oscuro (mg/kg) | Miel de color claro (mg/kg) |
---|---|---|
Ca | 227 | 107 |
Cu | 1 | 1 |
K | 1241 | 441 |
Mg | 132 | 40 |
Mn | 10 | 1 |
Na | 23 | 251 |
P | 123 | 129 |
Zn | 2 | 3 |
Aunque es evidente que cientifícamente y prácticamente el jarabe de azúcar es la mejor opción para la alimentación energética suplementaria de la abeja, muchos apicultores utilizan la miel o el jarabe de maíz con la esperanza de que ayuden a la abeja.
También en este estudio, podemos ver indirectamente lo importante que es el estado de hibernación en el que está la abeja durante el invierno, lo que lleva a un consumo de alimentos menor y por lo tanto a una menor deterioración. Prácticamente, cuando la abeja funciona permanentemente, como en el caso del estudio presentado, incluso en condiciones de no tener cría, no sobrevivió más de 33 días en el caso de la alimentación con miel. La sacarosa fue una mejor opción, pero tampoco en su caso no se superaron 64 días. Aunque las alimentaciones durante el invierno (alimentaciones que aumentan el nivel de actividad de la colonia) no deberían hacerse en mi opinión, nada más en el caso del agotamiento de las reservas de alimentos, sino no traen beneficios. Normalmente se evitan-deberían tener reservas de alimentos suficientes. Por no mencionar la situación en la que empiezan tener cría, en cuyo caso la familia es sometida a un esfuerzo mayor. Las estimulaciones tempranas se pueden hacer solamente en el caso de las familias muy grandes que puedan superar la pérdida inicial de individuos que ocurre al aparecer la abeja joven. Las familias con población menor o los enjambres pueden no sobrevivir hasta la aparición de la abeja joven si se presiona tener cría
En el próximo artículo voy a seguir hablando sobre los nuevos conceptos acerca de la alimentación y las enfermedades de las abejas. Como en este artículo, voy a intentar de presentar informaciones basadas en pruebas y experimentos prácticos. Esto se debe al hecho de que es muy importante que nuestras acciones se basen en conocimiento y donde no tenemos la certeza de que traemos un beneficio a través de nuestra intervención en la vida de la familia de abejas, es mejor no hacerlo.
El equipo ApiExpert.eu
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