Muchos apicultores han conseguido abejas reinas de primera importando material genético de varias fuentes que ha sido acoplado después con los zánganos de sus propias colonias. Como ya hemos mostrado en los artículos anteriores, si los genes alelos para la determinación del sexo, hallados en el locus X de la abeja reina y el zángano con el cual se acopla son distintos, resultarán huevos con un alto grado de eclosión.
El híbrido genético
Este es una de las principales razones por la cual las abejas reinas producidas de esta manera por muchos apicultores producen cría de alta cualidad. Pero a menudo, esta diversidad genética no se halla nada más al nivel de los genes para la determinación del sexo; las abejas reinas compradas pueden tener varias diferencias genéticas a diferencia de las abejas de su propio colmenar. Por lo tanto, a través del cruzamiento de estas se producen los híbridos genéticos. Le recordamos que un híbrido genético es un ejemplar procedido de padres de la misma raza, la pureza de esta se mantiene (no hay que confundirlo con el término mestizo).
Una tal abeja reina es a menudo un ejemplar excepcional, con cualidades superiores a los padres y capaz de producir cría de cualidad excelente. Es decir, habrá un porcentaje de eclosión de los huevos muy alto, del cual resultarán unas colonias muy numerosas y fuertes.
Los resultados excelentes conseguidos de esta manera harán que casi cada apicultor valore la cualidad de las abejas reinas importadas, sin tomar en cuenta el hecho de que los zánganos propios han concurrido de la misma manera al reservorio genético de la cría que resulta.
Por la simple razón de que los zánganos son distintos genéticamente del material genético importado, han resultado abejas reinas y abeja obreras de una cualidad muy alta.
La consanguinidad
Pero el guión que acabamos de presentar se cambiará por completo después de algunas generaciones. Cuando se producirán repetidamente acoplamientos con los mismos zánganos o con zánganos producidos por las abejas reinas híbridas, la cualidad de las abejas reinas y de la cría que resulta será cada vez más carente de constancia, a veces variando de individuos muy exitosos a individuos muy bajos cualitativamente.
Por la tanto, después de unos tres o cuatro años, el apicultor pensará que el material importado no ha sido tan bueno como había creído al inicio o que simplemente la abeja reina „se consumió” y que hace falta una nueva importación.
Después de una nueva importación, vuelve a empezar el ciclo del acabamos de hablar en la sección de híbridos genéticos y se consiguen ejemplares muy exitosos. Pero después de tres o cuatro años, después de la consanguinidad, el apicultor hace falta que comprara nuevos ejemplares para mantener la cualidad de las abejas.
La superioridad de la primera generación se debe al vigor de los híbridos genéticos y del hecho de que se hayan cruzado ejemplares con genes alelos para la determinación del sexo distintos. Las abejas reinas hijas y obreras resultadas son híbridos genéticos resultados del cruzamiento de los lotes importados con los lotes propios.
Un programa de selección diseñado para mantener esta uniformidad, vigor y productividad de la primera generación es prácticamente imposible debido a la manera en la que se producen las combinaciones genéticas después del cruzamiento con material genético distinto (importado).
La mayoría de las características notables e importantes, como la producción de huevos y el vigor dependen de la interacción compleja entre varios genes (padres y alelos). El problema de la consanguinidad entorpece aún más un programa de selección que ya es complicado debido al aumento de la incidencia de los homocigotas y entonces también de los huevos que no van a eclosionar.
El vigor de los híbridos genéticos es considerado ser un carácter dominante. Los genes dominantes tienden a producir más efectos positivos que los genes alelos recesivos de estos. Por lo tanto, en un híbrido genético, los genes dominantes se hallan en más loci que los recesivos.
En conclusión, un programa ideal sería uno que produzca y mantenga la pureza de la raza, pero los cruzamientos que ocurran entre líneas genéticamente distintas para obtener híbridos genéticos de alta cualidad.
Puesto que hacen falta nada más 3-4 abejas reinas importadas para producir más de 10 000 abejas reinas hijas híbridas y el mantenimiento de unas líneas consanguíneas para cruzarlas con estas implican unos pagos bajos, un programa de obtener estos híbridos genéticos es muy práctico. A diferencia de todo esto, el acoplamiento en línea es muy costoso y el gran número de homocigotas de los huevos fecundados significan un bajo grado de eclosión y una cría de baja cualidad.
La uniformidad de los híbridos genéticos
En la producción de híbridos genéticos hay individuos que pueden variar bastante. Para obtener productos que tengan las mismas características que nos interesan (es decir que sean homocigotas para ciertas características), la mejor solución sería la consanguinidad.
Como ya sabemos, la consanguinidad de las abejas supone el cruzamiento de los padres y descendientes, hermanos, hermanas o primos. La probabilidad que éstos tengan las mismas cualidades que nos importa directamente es muy grande y queremos que se transmitan también a la cría.
Después de la consanguinidad dentro de una colonia habrán diferencias sobre todo a nivel de familia; una familia será muy uniforme pero distinta de otra. Esto es ventajoso porque las diferencias de la viablidad de los huevos y el vigor pueden ser notadas fácilmente.
Los individuos consanguíneos no son tan productivos y vigorosos como los no consanguíneos porque se guardan y se transmiten tanto las características positivas, como las negativas.
Dada la naturaleza social de la abeja que supone la fecundación natural, la única manera de controlar la consanguinidad es a través de la inseminación artificial. Por lo tanto, después de conseguir las líneas consanguíneas necesarias para producir híbridos genéticos, volveremos a utilizar la inseminación artificial para mantener un alto grado de pureza y un control total sobre los cruzamientos.
Las características económicamente importantes, como es la producción de cría, la resistencia a las enfermedades no son fácil de notar en cada individuo. Pero después de la consanguinidad, una selección de estas características se hace más fácilmente.
Para determinar el grado en el que se van a transmitir las características de las líneas consanguíneas se realizan cruzamientos de estas con una línea prueba que tiene ciertas cualidades que sabemos haber heredado. La selección de las líneas se hará después dependiendo del resultado de estos cruzamientos.
En la producción de los híbridos genéticos, la diversidad genética es muy importante para poder conseguir ejemplares muy eficientes. Por lo tanto, la selección de las abejas debe ser realizada en lotes distintos y que tienen características distintas. El color de las abejas usadas pueden variar desde muy oscuro, casi negro a muy claro (amarillo). Se recomienda que se seleccionen algunos ejemplares de cada color. La diversidad de las abejas reinas seleccionadas tiene que reflejar también el tamaño de éstas: se van a seleccionar tanto abejas reinas con un perfil alargado , como también las más pequeñas y „rechonchas”.
La consanguinidad de las líneas: métodos utilizados
Después de haber seleccionado las líneas, se empezará la consanguinidad de éstas. Hay varios métodos de consanguinidad, pero lo que nos interesa es un sistema que pueda realizar esto en el tiempo mínimo, con el pago mínimo y con un alto porcentaje de consanguinidad. Le recordamos que por consanguinidad intentamos crecer el número de los homocigotas. El porcentaje de consanguinidad se refiere al porcentaje de loci heterocigotas de los ejemplares seleccionados que se convertirán en homocigotas después de los cruzamientos.
Los métodos de consanguinidad más rápidos son cuando se vuelve a cruzar en línea paterna y el cruzamiento madre-hijo. Estas no son rentables, porque pueden haber grandes pérdidas.
El siguiente método es el que nosotros recomendamos, es decir el cruzamiento entre hermanos y hermanas, pero solamente después de dos generaciones. Para las primeras dos generaciones se recomienda el método en el que se vuelve a cruzar en línea materna, porque la consanguinidad se producirá con 37.5% más rápido que el caso en el que se empieza directamente con el método del cruzamiento entre hermanos y hermanas. La razón es el hecho de que los zánganos se maduran más lento sexualmente que las abejas reinas.
Por lo tanto, usando el método en el que volvemos a cruzar con zánganos maternos para las primeras dos generaciones, seguida por cruzamientos entre hermanos y hermanas, vamos a conseguir la consanguinidad en poco tiempo, siendo además un método sostenible económicamente y prácticamente. También, las líneas se harán cada vez más uniformes a medida que el grado de consanguinidad aumente. Este sistema eliminará muchos de los inconvenientes de los otros métodos que acabamos de presentar. En todas las generaciones usaremos varios zánganos para asegurar el éxito de las inseminac

iones.
Si la abeja reina B, hija de la abeja reina A, es inseminada con semen de los zánganos procedidos de la abeja reina A, el porcentaje de eclosión de los huevos de la abeja reina B será aproximadamente 75%. La abeja reina C, hija de la abeja reina B, inseminada con semen de los mismos zánganos, tendrá un grado de eclosión de los huevos de 75% o 50%.
Si el porcentaje es de 50%, significa que por consanguinidad el número de los genes alelos para la determinación del sexo fue reducido a dos y las abejas reinas D, E y F tendrán también un grado de eclosión de 50% si serán inseminadas como en el esquema.
Pero si el porcentaje de la abeja reina C será de 75%, entonces la abeja reina D tendrá aproximadamente el mismo porcentaje de 75%, pero el de las abejas reinas E y F, bajará a 50% y seguirá a ese nivel para las próximas generaciones.
A través de la selección se puede mantener el grado de eclosión a 75%, pero haciendo esto, se reducirá el grado de consanguinidad. Se recomienda mantener un porcentaje de eclosión de 50% en la generación C o D para mantener solamente dos genes alelos para la determinación del sexo. Para realizar un cruzamiento de prueba, el apicultor puede averiguar qué genes hay en cada línea; de esta manera, cuando se acoplarán las líneas consaguíneas para obtener híbridos genéticos lo hará de tal manera que los genes sean distintos y los productos híbridos tendrán un alto grado de eclosión de los huevos.
Podemos producir durante una temporada varias abejas reinas hermanas de la generación D y acoplarlas con los hermanos de éstas (zánganos producidos por la abeja reina C). Estas abejas reinas serán invernadas y la próxima temporada se harán cruzamientos prueba siguiendo al mismo tiempo la consanguinidad de la línea a través del acoplamiento hermano-hermana. Estos cruzamientos hermano-hermana se harán cada año hasta el momento de la selección para el acoplamiento híbrido.
Tal como acabamos de decir, el grado de eclosión de los huevos en una línea consaguínea con dos genes de sexo alelos será de 50%. Por eso, las colonias formadas no serán una población suficiente para hacer una evaluación correcta de la características económicamente importantes (la producción de miel, instinto de enjambre, la resistencia a la invernación etc.). Pero podemos realizar una evaluación de ciertas cualidades como es la ternura, la largura de la lengua y de las alas. Esta selección se hace dentro de una línea y no debería ser el único factor decisivo en seleccionar las líneas que serán usadas para el acoplamiento híbrido.
En el próximo artículo, hablaremos detalladamente sobre el acoplamiento híbrido, que es el método de trabajo que nosotros preferimos en la producción de abejas reinas.
El equipo ApiExpert.eu
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