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El Hermano Adam, decía que hay tres metas para practicar la apicultura:
- Económica, con el objetivo de generar ingresos
- Científica, para progresar mediante la investigación
- Deportiva, por si se practica como afición
Es obvio que las primeras dos están seguidas por los profesionales y requieren cierto nivel de conocimiento, mientras que la tercera es para los apicultores aficionados.
La apicultura se practica a menudo para la meta económica, la mayoría de los apicultores profesionales tratan de conseguir provecho de sus actividades. Esto es absolutamente normal y lógico y espero que hayamos superado en Rumania también la mentalidad de que no está bien ver la apicultura como a un negocio. Por desgracia, la rigidez de una antigua mentalidad según la cual seguir el provecho es algo mal y vergonzoso en la apicultura ha sido uno de los principales factores que impidieron la profesionalización de esta profesión. Después de las visitas que hemos hecho en el extranjero, nos dimos cuenta de que el porcentaje de los apicultores profesionales es mucho mayor que en Rumania. Hay muchas haciendas que superan 500 familias y se organizan por principios económicos sólidos. Además, en Australia y América del Norte (EEUU y Cánada), países con apicultura desarrollada, se dice que de todos los instrumentos usados por el apicultor, el más importante debería ser el ordenador. Hay programas de formación para apicultores en los que se les explican los principios económicos básicos que deberían guiar su negocio.
Tal como les estaba diciendo, a veces la mentalidad equivocada, junto a la falta de acceso a informaciones apícolas con base científica en primer lugar y económica en segundo lugar, llevaron a la existencia de pocas haciendas apícolas, de gran tamaño en Rumania. ¿Cómo podría atreverse alguien a cuidar unas 600 familias sin tener una excelente formación? Y si decide seguir una formación realmente profesional, ¿dónde puede hacerla? Estas son preguntas que demuestran las gran deficiencias del sistema apícola rumano. Si la primera, es decir la mentalidad, es más difícil de cambiar, ya que es una opionión personal,en cuanto a la última de ellas (es decir la que está relacionada a los conocimientos económicos), les propongo presentarles unas informaciones que creo que serán útiles. Tengo que reconocer el hecho de que a mí me ayudó mucho la actividad de gestión que he practicado en quizás la compañía farmacéutica mejor organizada del país. Pude comprender exactamente como hay que organizar un negocio económicamente. Los principios son los mismos, aunque los detalles sean diferentes.
Estoy seguro de que entre ustedes hay también apicultores profesionales que ya hacen esto. Es obvio que cuando practicas la apicultura profesionalmente, ella es la única fuente de ingreso, es decir que un fracaso económico tiene efectos mucho más graves que en el caso de los apicultores aficionados. Por otro lado, profesionalizar esta actividad permite conseguir ingresos altos, la apicultura teniendo una buena rentabilidad, cuando se practica correctamente.
Si nunca ha hecho un cálculo de ingresos/gastos, ya sea que es profesional o aficionado, le garantizo que sólo ha perdido por esto. En el primer caso, porque corre el riesgo de trabajar mucho con resultados debajo de las expectativas teniendo en cuenta el esfuerzo que hizo y ni siquiera puede cambiar esto el próximo año; como aficionado porque puede perder la oportunidad de convertirse en profesional en una profesión que le apasiona y que tiene un potencial económico muy grande. La verdad, nunca he comprendido a los que aman la apicultura y sin embargo se niegan a convertirse en profesionales, prefiriendo trabajar en áreas que no traen satisfacciones profesionales, ni tampoco materiales especiales. Tarde o temprano, en la apicultura, como en todas las ramas de la agricultura, las grandes haciendas tendrán la mayoría del personal de la apicultura. No hay que creer que no aprecio a los apicultores con un menor número de familias, sino todo lo contrario, en su caso es obvio que la pasión es la que los guía. Lo que estoy intentando de hacer es presentar una posibilidad. Y esa sería unir lo útil a lo agradable. O la pasión con el negocio. Es la situación ideal para cualquier persona, es que su trabajo sea también su pasión. Sólo los verdaderamente afortunados lo consiguen.
La noción económica básica que cada apicultor debería conocer es el presupuesto. Hacer un presupuesto correcto significaría tener una imagen clara de la rentabilidad de la apicultura. ¿Qué es un presupuesto? Nada complicado. En un presupuesto deben haber dos componentes principales: ingresos y gastos. La diferencia entre ellos es el provecho (si la diferencia es positiva) o pérdida (si la diferencia es negativa). Cada uno de los dos componentes es formada por varias categorías, como se puede ver en el siguiente ejemplo de la aplicación que nosotros usamos.
También, es muy importante que los ingresos y los gastos no se calculen en general, sino por cada colmena. De la misma manera en la que se tiene en cuenta cada colmena mediante el registro de la colmena (qué tipo de abeja reina tiene, de qué año es, etc.), igualmente hay que hacer también en cuanto a los gastos y a los ingresos generados por un colmena. Si se elabora una simple situación como la que acabé de explicar, se podría comprobar que hay colmenas que son rentables, pero también colmenas que traen pérdidas, y por lo tanto no justifican las inversiones de alimentos, tratamientos etc. No me refiero aquí a los enjambres, para el desarrollo de estos, siendo necesaria obviamente una inversión que traerá ingresos apenas el próximo año. Tampoco voy a decir que las colmenas que traen pérdida hay que eliminarlas por completo, solamente hay que cambiar la abeja reina. Porque cuando se desarrolla una actividad profesional en la apicultura, es decir que no hay otro trabajo y que los únicos ingresos son de esta actividad, ¿cuál es el punto de tener en el colmenar familias que hacen pérdida? Lo único que hacen es tomar de los ingresos generados por las familias buenas y solamente eliminarlas del colmenar ayuda aumentar la rentabilidad.
Otra ventaja de elaborar un presupuesto es el hecho de que se pueden programar con más atención los gastos en función de los efectivos (flujo de fondos). Es muy importante que se haga un cálculo de disponibilidad siempre y cuando la apicultura es una actividad estacional. Los ingresos se agrupan en su mayoría a lo largo de tres meses del año y la falta de una programación de los gastos hay que correlacionarla con la estrategia apícola deseada (aquí me refiero a la alimentación, los tratamientos, las inversiones para el desarrollo y otras) puede crear desequilibrios. Es más, si presta atención, verá que los precios para la mayoría de los productos usados especialmente para la alimentación de las abejas varían según las temporadas del año. Las tortas de azúcar, por ejemplo, son más baratas el otoño y más caras en la primavera por razones fácil de entender.
Espero que los argumentos presentados anteriormente les hayan convencido de la importancia de la elaboración de un presupuesto en la apicultura, especialmente del hecho de que no se puede hablar de profesionalización sin haber claridad acerca de la rentabilidad de esta actividad.
El equipo ApiExpert.eu
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